Historia

El 8 de diciembre de 1966 Eduardo Bergara Leumann crea la primera "Botica del Ángel".

Eduardo Bergara Leumann cuenta: “quise armar una sastrería teatral modelo, porque soñaba con vestir, dar color, armonía, engarzar, mejorar y adornar lo de adentro de cada personaje con un buen traje. Fue en la calle Lima 670; allí estaba aquella primera Botica del Ángel, que la Avenida 9 de Julio se llevó en nombre del progreso. Pero como eran buenos los cimientos, fue posible que volaran los ángeles y volara el talento de quienes pasaron por ella y encontraron su camino de estrellas;  y yo aterricé en esta Iglesia angelical con todos mis recuerdos.

¿Por qué Botica? Porque había de todo como en botica. Del ángel, por María Casares. "Eduardo, dos en uno, eres un Ángel", me decía y yo me lo creí. Ángel y duende se necesitan para ser del mundo mágico del espectáculo. La Botica convocó a pintores, escritores, músicos y actores para su difusión popular. En ella colaboraron Vicky Linares, Eduardo Cassará y debutaron y actuaron entre otros, Nacha Guevara, Susana Rinaldi, Marikena Monti, Haydeé Padilla. Yo nunca me creí maestro, pero tuve discípulos sin darme cuenta ni proponérmelo.

En la Botica jamás pregunté de qué línea política era cada uno de los que debutaban, ni tuve que pedir permiso para hacer lo que creía que debía hacerse o decirse. ¡Me salvé de la autocensura! No dudo que la mayor felicidad es ganarse la vida haciendo lo que a uno le gusta. Soy un trabajador privilegiado. 

Más tarde volé a la calle Luis Sáenz Peña 541, compré una mezcla rara de elefante blanco y extemplo y lo convertí en un collage de un Buenos Aires que se perdía. Por la Botica de Luis Sáenz Peña pasaron Luisa Vehil, Mecha Ortiz, Tania, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Mariano Mores, Ariel Ramírez, debutaron Opus 4, Valeria Lynch, Víctor Heredia y el siempre presente Leonardo Favio.

Hasta que cerré sus puertas y me fui con el ángel a otra parte, Europa, EE.UU. Veinte años después volví a la Botica; al ver mis recuerdos de 47 años de trabajo decidí que sería oportuno convertirlo en un museo vivo y divertido. Siempre supe que sólo uno se lleva lo que deja a los demás y solo muere lo que no se recuerda. Así el 5 de mayo de 1997 recuperé la Botica con mis ángeles. Para que en ella siga el tango, el folklore y de todo, como en Botica.

Porque todo Ángel que practica va a parar a la Botica, y no hay ángel que por bien no venga.”




El Museo de Arte Escenográfico "Botica del Ángel" fue declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación y la Legislatura Porteña, de Interés Turístico por la Secretaría de Turismo de la Nación y declarado Testimonio Vivo de la Memoria Ciudadana por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Secretaría de Cultura, la Subsecretaría de Patrimonio Cultural y la Dirección General de Museos. Declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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